El buen tiempo y la llegada del verano invitan a renovar el paisaje cotidiano y a dar un aspecto más fresco y alegre a la estancia principal de la casa. No es necesario cambiarlo todo, sólo hay que utilizar un poco la imaginación, combinar colores alegres con multitud de detalles y hacer una pequeña inversión.

Retirar algunos muebles y alfombras, confeccionar fundas para sofás y butacas en vivos colores, detalles campestres, muchas flores... Son algunos ejemplos que pueden servir para conseguir el objetivo: dar un aire más fresco y estival a la estancia principal de la casa.

También se trata de conseguir una mayor funcionalidad y restarle sobriedad a esta habitación. Retirar alfombras y detalles que abigarran el espacio será lo primero a hacer. Con esto, además de aligerar la decoración, se consigue trabajar menos en la casa. Es hora de disfrutar del buen tiempo.

Detalles coordinados
No se trata únicamente de colocar cuatro detalles florales. Para conseguir el objetivo final habrá que hacer una pequeña inversión. La compra de telas, cojines e incluso algún que otro adorno se hará necesario. Sin embargo, el resultado merece la pena. Además, el gasto se puede rentabilizar usando esos complementos el próximo verano.

Lo más complicado es saber por dónde empezar. La forma más sencilla de conseguirlo es partir de un detalle y coordinar el resto de los elementos del ambiente. El aire y estilo que se quiera conseguir depende de los gustos particulares.

El amarillo, valor seguro
El amarillo, siempre resulta seguro. Más aún, cuando lo que se pretende es conseguir un ambiente veraniego, ya que es el tono que más se asocia con el sol. Este color resulta muy agradecido para realizar las fundas de butacas, sillas o sofás.

A partir de esta tonalidad y de las fundas se pueden coordinar el resto de los detalles. Nuevos cojines en tonos acordes, cambiar los jarrones de siempre y las flores, son algunas opciones fáciles, rápidas y económicas.

La compra de estos objetos no tienen que resultar un gasto importante. Precisamente el carácter fresco e informal que se pretende conseguir se presta a la compra de artículos de bajo precio. Las fundas y cojines se pueden realizar también con telas económicas.

El estilo inglés, siempre tan floral
El estilo inglés siempre ha estado marcado por las flores. De ahí que, bien combinado, pueda resultar muy veraniego. Habrá que huir del abigarramiento típico del estilo inglés. Sin embargo, un estampado floral en fundas y cojines sobre unas telas lisas pueden dar un aire campestre y alegre al salón.

En este tipo de decoración, quizás sea necesario introducir algún mueble auxiliar más ligero en sustitución de otras piezas, como por ejemplo el mimbre. Si no se quiere invertir mucho, o hacerse con mas muebles, también se pueden sustituir las mesas de centro o las de los lados de los sofás, por mesitas auxiliares plegables. Son mucho más ligeras y, una vez plegadas, ocupan muy poco espacio y siempre vienen bien en otras ocasiones.

Cuidar los detalles
Una vez decidido el estilo que se quiere dar al salón, es necesario cuidar la elección de los complementos y detalles al máximo. Son tan importantes como el mobiliario.

Los pequeños detalles son los que permiten crear ambientes diferentes y personalizados con poco presupuesto. Lo fundamental es elegirlos de manera que combinen bien entre sí y que formen parte del un mismo estilo. Con los mismos muebles y sólo cambiando los detalles se pueden conseguir salones completamente diferentes. Son la clave de toda decoración.


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