Hace algunos años se puso de moda pintar las diferentes zonas de la casa de colores diferentes con el fin de dar un poco más de alegría al hogar y eso fue una técnica que gusto mucho durante mucho tiempo. A día de hoy, es algo que se sigue utilizando en muchas casas y estéticamente da una estética muy bonita pero lo que no sabes es que opina tu cerebro con respecto a esto.
Cómo ya te hemos explicado en otros post, cada color que vemos o cada habitación de un color diferente a la que entramos, nos genera un tipo de sentimiento. Este sentimiento va relacionado directamente con el color, por eso os aconsejamos en muchos casos no pintar la habitación dónde se va a dormir de rojo porque es un color que altera, sin embargo es un color perfecto para la zona de la cocina o barbacoa, ya que es un color que abre el apetito y mantiene alerta los sentidos.
Se han realizado varios estudios en Estados Unidos en los que se intentaba saber cuál era el efecto real de estar pasando de una habitación a otra con diferentes colores, ya que cada habitación daba un sentimiento diferente a las personas que entraba en ella.
Al cabo de un tiempo se determinó que las personas que vivían en casas en las cuales había muchísimos colores, tenían una mayor tendencia al cansancio y además eran mucho más fáciles de irritar.
Este hecho se incrementaba cuando los colores eran llamativos, dando también un toque de agresividad a la persona.
Las casas en las cuales se usaban colores no tan llamativos y en tonos suaves, no tenían tantas consecuencias negativas, aunque también se notaba un incremento de desgaste mental .
¿ Qué quiere decir todo esto ?
Según determinaron los expertos, la cromática y el hecho de ir todo el tiempo de una habitación a otra cambiando sentimientos continuamente y percibiendo o despertando nuevos hace que la mente se agote mucho más rápido .
Por lo tanto, a la hora de pintar la casa con diferentes tonos, se debe tener un especial cuidado al elegirlos, ya que en su mayoría, casi todos deben expresar un mismo tipo de sentimientos o al menos parecido, ya que de otro modo, estaríamos obligando al cerebro a cambiar de estado de ánimo tan seguido .
